La piel sensible no es una condición médica, pero sí una manifestación de una barrera cutánea vulnerable. Es una piel que reacciona con facilidad ante cambios de temperatura, estrés, exposición solar o productos inadecuados, generando enrojecimiento, ardor, picazón o tirantez.
En Dermapro entendemos que la piel sensible necesita menos agresión y más equilibrio: fórmulas suaves, sin irritantes, que fortalezcan su estructura y devuelvan confort día tras día.

CÓMO RECONOCER UNA PIEL SENSIBLE
Las señales pueden variar, pero suelen presentarse de forma constante o ante ciertos estímulos:
- Enrojecimiento frecuente: especialmente con calor, frío o fricción.
- Sensación de ardor o picor: tras aplicar cosméticos o incluso solo con agua.
- Sequedad y tirantez: la piel se siente frágil y vulnerable.
- Reacciones a productos comunes: perfumes, alcohol, o jabones pueden desencadenar molestias.
TIPOS DE SENSIBILIDAD CUTÁNEA
No toda piel sensible es igual; las causas pueden ser distintas:
1. Sensible Reactiva: Reacciona rápidamente a cosméticos o estímulos ambientales.
2. Sensible Secundaria: Provocada por tratamientos agresivos, exfoliaciones o factores climáticos.
3. Sensible por Condiciones Médicas: Asociada a dermatitis, eczema o alergias.
4. Sensible Temporal: Aparece por estrés, cambios hormonales o falta de descanso.
CÓMO CUIDAR UNA PIEL SENSIBLE
La clave está en mantener la barrera cutánea intacta y evitar irritaciones.
Pequeños cambios en la rutina pueden hacer una gran diferencia:
Usa limpiadores suaves: sin sulfatos, alcohol ni perfume.
Prefiere texturas livianas y calmantes: con ingredientes como niacinamida, panthenol o avena.
Hidrata todos los días: para mantener la función barrera y evitar pérdida de agua.
Protege del sol: elige protectores minerales o fórmulas específicas para piel sensible.
Evita extremos: agua muy caliente o fría, exfoliaciones fuertes y productos con fragancia.

UN CUIDADO CONSCIENTE Y CONSTANTE


